10 enero 2007

Abre los ojos

Hoy me encontré con un video de el Universal online bastante explicativo de lo que experimentan las familias de nuestro país ahora con el aumento al precio de la tortilla.

El video esboza las condiciones de vida de nuestras "fabelas" o la zona conurbada del Distrito Federal (así conocemos el término). Me llamó la atención el testimonio de las mujeres cuando dicen algo muy cierto: son invisibles ante los ojos del gobierno. Sin embargo, esas mismas personas fueron abrazadas, invitadas y cuidadas en tiempos electorales.

¿Qué nos está pasando?
La tortilla es alimento base en la dieta de millones de mexicanos; aún no comprendo las razones económicas o políticas para dejar el precio de la tortilla a la especulación. Aclaro, no estoy a favor o en contra del aumento de precio, estoy en contra de que nuestra población carezca de oportunidades e ingresos que garanticen la alimentación básica.
No es una cuestión de subsidios, de bajar el precio o de argumentar el precio del maíz está por los cielos a nivel internacional; es una cuestión de que los mexicanos contemos con empleo digno, salarios justos y un gobierno eficiente.

Hoy en día con 11 pesos puedes comprar una hamburguesa, en algunos lugares el kilo de tortilla hoy se encuentra a 15 pesos; algunos se preguntan porque nuestro país está incrementado el índice de obesidad año con año.

Es tiempo de abrir los ojos y actuar, ¿no crees?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

bienvenida al mundo bloggero, me gusto mucho la explicacion de tu profile, esta chingona... la tortilla? siento que podrian subir el precio de miles de cosas mas no de este alimento indispensable para tantos mexicanos... no se.
bueno verte por aca bety por ahi puedes darte una vuelta a mi blog.
saludos

Guillermo Pantoja dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Guillermo Pantoja dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Guillermo Pantoja dijo...

Una breve explicación sobre el porqué del aumento del precio de la tortilla, sin pretender ser categórico ni sangrón ¿Sale?

En México, antes de que se iniciaran los gobiernos de tipo "neoliberal", la canasta básica de productos de consumo familiar, tenía precios controlados por el estado, así como subsidios, con la finalidad de garantizar, por lo menos en lo formal, la posibilidad de que las familias de bajos recursos económicos de nuestro país, pudiesen cubrir una alimentación básica con su salario mínimo.

Es en la década de los ochenta, con la llegada de Miguel de la Madrid a la Presidencia de la República, que se da la ascensión de los políticos de corte neoliberal al poder, los cuales continúan ostentándolo hasta nuestros días; pues bien, con ellos se comienza a implementar una serie de políticas de “libre mercado” que pretendían generar una competencia entre productores y comerciantes de bienes de consumo y demás mercancías, la cual permitiría regular de manera “natural” los precios sin la intervención del Estado.

Desafortunadamente eso no ha sido así, o por lo menos no en la mayoría de los casos, ya que estos gobiernos antes señalados, han sido iguales o más corruptos que sus antecesores priístas emanados de la Revolución Mexicana, facilitando o creando entre otros nuevos males, la aparición de monopolios de capital privado (TELMEX, TELEVISA, TV AZTECA, BIMBO, CEMEX, etc).

Uno más de estos monopolios, está en la compra y venta del maíz y sus derivados, cuyo amo y señor es el llamado Grupo Maseca (GRUMA), el gran provocador y beneficiario de la especulación y aumento del precio de la tortilla y demás derivados del maíz.

Obviamente nos indigna saber que el precio de la tortilla está por las nubes y también nos conmueve, ya que siempre relacionamos tortillas con pobres, pero ¿Y todos los demás bienes de consumo que suben diariamente o mensualmente? ¿El aumento mensual de la gasolina y lo que esto contrae?


La obesidad y la diabetes en México, son un problema de salud pública y están estrechamente relacionados al alto consumo de refrescos y “alimentos chatarra”

Por cierto, no afecta solo a los pobres, sino, pregúntenle a nuestro ilustre Secretario de Hacienda que de ese tema sabe mucho.

Saludos cordiales,